lunes, 10 de febrero de 2014

Historia 2

Estábamos en el día 23 de julio de 2010 en nuestra casa de campo. Era un día bastante soleado, lo suficiente para que mis primos pequeños propusieran ir a dar una vuelta en bicicleta. La idea me pareció genial, pues hace poco me había comprado una bici nueva, pero no había tenido la oportunidad de estrenarla. Así que yo cogí mi nueva bici, mis primos cogieron las suyas con ruedines, y salimos al campo. Nos metíamos por caminos que no habíamos visto en nuestra vida; aun así, nos emocionaba la idea de explorar el campo. Pero llegó un momento en el que no sabíamos por donde habíamos venido. Los niños, cuando se dieron cuenta de la situación, empezaron a llorar. Yo, entre la situación y el llanto de los niños, estaba cada vez más nervioso. Pero entonces recordé que llevaba mi móvil encima, así que llamé a mis padres para que nos ayudaran. Como ellos conocían aquel campo, les describimos el sitio en el que estábamos y ellos nos dieron las indicaciones para volver a casa.

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